México comparado con otros países, ha tomado el tema ambiental con la importancia que se debe, fue de los primeros países en desarrollar instituciones y estrategias para el cuidado del medio ambiente y administración de los recursos naturales.
La institucionalidad ambiental de México fue conformada por la creación de instituciones como la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), así como en 1982 la promulgación de la Ley Federal de Protección al Ambiente. Este mismo año la SEDUE se transformó en la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) y se creó el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA). En 1988 se facultó al Congreso de la Unión para publicar la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LEGEEPA), misma que hasta la fecha ha sido la base de la política ambiental del país. Unos años después se creó la Comisión Nacional del Agua (CNA) como autoridad federal en materia de administración del agua, protección de cuencas hidrológicas y vigilancia en el cumplimiento de las normas sobre descargas y tratamientos del agua. En el año 2000 se creó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), que reuniría de una manera transversal los temas ambientales para un manejo de los recursos naturales y políticas ambientales desde un punto de vista integral, articulando los objetivos económicos, sociales y ambientales. Más aun, entre los tratados internacionales en los que
México participa, encontramos la Convención sobre Pueblos Indígenas y Tribales de 1989, la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte de 1994 y el Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1992.
Sin embargo, ser de los primeros países en desarrollar instituciones ambientales no es suficiente, ya que México a reducido su territorio y aumentado exponencialmente su población en los años, y por ende acrecentado la presión sobre los recursos naturales. Para solucionar los problemas ambientales que enfrenta México, es necesario identificar áreas de oportunidad como la de vigilar el cumplimiento del marco regulatorio establecido, una incursión desde el nivel básico de educación ambiental y establecer estrategias en donde el sector ambiental se encuentre dentro de las prioridades del país con apoyo presupuestal.
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